Hoy hace
10 años llegué a casa después de una larga noche de trabajo, recuerdo que eran
las 6:30 a.m cuando salí de mi coche y entré en casa, el alba daba paso a un día
soleado después de una noche fría en la cual la niebla confundía la realidad
con los fantasmas del alma.
Como casi
todas las mañanas me duché y puse cómodo, preparé mi café y subí a mi despacho
a leer las últimas noticias del mundo y de mi lejana tierra, encendí el ordenador
y abrí la página de El País y de Radio Nacional, eran la 6:50 a.m, las 7:50 a.m en
Madrid, entonces comencé a escuchar por la radio las primeras noticias del
trágico suceso…
El suceso
del que hablaban y acababa de producirse
era el fatídico atentado de los trenes de Madrid, diez explosiones que segaron
las vidas e ilusiones de gente normal, gente que dejó de existir, gente que
nunca vería cumplido sus sueños…
La
tristeza el dolor y la desolación me embargaron, ocurrió en mi barrio. Yo conocía
como la palma de mi mano los lugares donde los trenes explotaron y comencé a
llamar a mis amigos y seres queridos para asegurarme que estaban bien, después
de hablar con ellos y de recibir algunas llamadas en los siguientes días me
enteré de muchas cosas, después he tenido grandes pesares y grandes alegrías, pero esta es otra historia…
Después
de una década, hoy recuerdo con total claridad la fecha y el momento, y envío un
gran abrazo y mi más sincero pésame a las familias y amigos de las 191 víctimas
y todo mi cariño y aliento a los casi 2000 heridos que viajaban en ese fatídico
11 de marzo, en esos trenes que nunca debían de haber salido de ninguna
estación…
H. Hache- Amav- 11/03/2014, HH
Descansen en paz
ResponderEliminar